El Design Thinking o pensamiento de Diseño es un método por el cual creamos ideas disruptivas, planteándonos directamente problemas a solucionar. Con las dinámicas y técnicas del Design Thinking los clientes recibirán las ideas con más atención. La premisa fundamental es conocer las necesidades reales del usuario para empatizar y poder saber cuál sería la solución que más le va a ayudar.
La primera vez que alguien acuñó el término Design Thinking fue en 1959, cuando John Arnold lo usó en la ingeniería, pero se popularizó cuando en 1991 David Kelley, fundó IDEO para usar el concepto. Desde entonces se ha utilizado y expandido en numerosos ámbitos y disciplinas.
Cuando aplicamos este método, estamos analizando al detalle un problema real para encontrar su solución de la forma más innovadora. Pero hay que tener en cuenta que en el DT lo que importa es la visión humana y el destino de esa idea. No desarrollamos ideas para engrandecer nuestro ego, sino para ponerles solución.
Para qué sirve el Design Thinking
Al tratar con problemas y soluciones, podemos decir que el Design Thinking se puede extrapolar a numerosos sectores, incluso si el fin no es lucrativo. Desde diseñar productos o crear empresas y start-ups, el único límite que tienes es tu imaginación.
Al dejarte llevar por estas técnicas creativas, adquirirás una confianza en tu idea que es clave para que te tomen en serio y puedas defenderla perfectamente. Por eso el DT aparte de enseñarte a pensar tu idea te muestra herramientas y Mindsets para que te expreses de la mejor forma.
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